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![]() Hace algunos años, IBM y Garry Kasparov llevaron a cabo el primer enfrentamiento público y sin atenuantes entre una supercomputadora y un campeón mundial de ajedrez. Y ganó la máquina. Ahora, la misma empresa informó que uno de sus nuevos softwares, destinado a la compra-venta de acciones, compitió en la Bolsa con un grupo de personas "con cierto conocimiento" del tema y ganó un 7% más.
Durante mucho tiempo, se comparó el funcionamiento de los mercados financieros con el andar de un borracho: las piernas no le responden y su dirección es incierta. Técnicamente, los economistas lo llaman "random walk" (caminata casual). Pero, después de "Deep Blue", la supercomputadora que le ganó al ajedrez al campeón Garry Kasparov, en estos días, IBM presentó un programa que derrotó a un equipos de seres humanos en una competencia de compra-venta de acciones, obteniendo un 7 % más de ganancias. Los términos de la competencia fueron claros: la mitad de cada equipo estaba conformada por operadores que debían vender títulos al precio más alto y, la otra mitad, por compradores que debían adquirir al precio más ventajoso. También había un límite de tiempo y una cantidad prefijada de dinero disponibles. Así fue que, con todo bien pensado para recrear las condiciones típicas de cualquier mercado accionario, el software, que reúne a seis pequeños "agentes inteligentes", tuvo mejores resultados que sus pares de carne y hueso. "Las operaciones realizadas por los robots fueron extremadamente simples, pero éste no es más que el primer paso hacia su utilización masiva en los mercados financieros. Pensamos que, en el futuro, ellos serán los encargados de afrontar la locura de las compra-venta, mientras que los seres humanos tendrán a cargo un papel más sofisticado", declaró, con falsa modestia, Jeffrey Kephart, del centro de investigación que IBM tiene en Nueva York, Estados Unidos. Los robots, que reaccionan con cierto grado de autonomía, fueron programados para desplegar una serie de tácticas, como, por ejemplo, realizar ofertas sucesivas y cada vez más elevadas para recaudar el máximo posible, aprovechando sus algoritmos para calcular las posibilidades de éxito de cada negociación. La prueba, que se dio a conocer en el último número de la revista "New Scientist", imagina un futuro en el que, para este tipo de operaciones, las máquinas reemplazarán ampliamente a los hombres. "El impacto económico que puede tener la introducción de los robots en este sector podría medirse en millones de dólares al año", prevé Kephart. Y esos miles de millones podrían optimizar la relación entre oferta y demanda. "No los concebimos pensando en derrotar a los seres humanos, así que el éxito fue una sorpresa agradable, incluso para mí", explica Dave Cliff, uno de los padres del programa. De todas maneras, varios expertos en el "trading" de acciones invitan a la cautela, ya que, por empezar, los seis humanos derrotados no eran profesionales bursátiles sino ciudadanos normales con "cierto conocimiento" de la Bolsa. Y, por otra parte, la dinámica de la Bolsa es distinta a la del ajedrez, donde al menos el resultado final es claro. Por lo tanto, según ellos, antes de festejar, sería mejor preparar una revancha contra operadores más experimentados. (c) La Repubblica, 2001 Traducción de Claudia Martínez Publicado en el Diario Clarín (c), Argentina, 14 de agosto de 2001. Pablo Molinari |
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